lunes, 29 de junio de 2015

Castigo

Yo te quiero más que a mi dolor, y como el masoquista empedernido que soy, eso ya es decir mucho.  Te quiero porque es el castigo más apropiado a mi colección de pecados, porque ningún dios maquinaría una condena tan despiadada y dolorosa. El amarte hace del mundo un lugar más justo; pues alguien tan malvado como yo no puede quedar impune.

El que alguien como yo quiera a alguien como tú, es la prueba que la tierra no perdona nada, que todos los crímenes se pagan en vida, que ninguna deuda queda sin pagar. El quererte como te quiero me hace peligrosamente agradable, despiadadamente justo y desgarradoramente misericordioso.


Para mi desgracia te quiero mas que mi sufrimiento, y eso me ha condenado –y me perdonaras la expresión –a vivir feliz por siempre.