sábado, 26 de noviembre de 2011

La codicia


Ella era la encargada de todo, sus hermanos en un acto de cobardía y rebeldía se habían ido uno a uno para sumir a su padre en una profunda depresión, ahora  ella hacia el recuento de estrellas, el inventario de los animales y racionaba el agua y el aire de todo el lugar. 

Sus hermanos restantes se dedicaban a vagar, y a llorar la ausencia de su padre. Ella era la única que mantenía el negocio a flote, día y noche era lo único en la que pensaba: el negocio de su padre. Pero el jamás parecía notarlo, ya casi no hablaba y no se paseaba por el jardín como antes. Se quedaba en su cuarto, leyendo y releyendo una hoja de papel amarilla y resquebrajada.

El negocio iba mal, ya no producía como antes; los arboles se marchitaban con el mal humor de su padre y los ríos se secaban a medida que él lloraba. Y ella se angustiaba al ritmo que se secaba el  pasto y caían las montañas; debía revitalizar el negocio familiar.

Mientras su padre dormía, entró a su cuarto, con la sigila del viento del verano se acerco a su escritorio y tomo el pergamino arrugado y viejo que su padre guardaba con recelo. Lo llevo al jardín donde la luna grande y 178.594.379.201 estrellas iluminaban las letras negras y cursivas que vivían en el país de papel.

Su padre, con la velocidad de un relámpago y la furia de un terremoto le arranco el trozo de papel, rompiéndolo por la mitad. Ella se aferro al documento que aun tenia y se dio a la carrera; era demasiado importante y muy valioso para que su anciano y deprimido padre lo tuviera guardado; era ella quien debía ser su guardiana y corrió, corrió tan lejos y tan rápido que salió del jardín, de la vista vigilante y acosadora de su padre, del llanto de sus hermanos y de la opresión del negocio.

Cuando encontró a los otros, en mitad del desierto les enseño la mitad del papel que aún tenía y les leyó a todos en voz fuerte y orgullosa la primera línea del pergamino: “Para crear un nuevo jardín y todos su habitantes siga las siguientes instrucciones al pie de la letra…”


imagen tomada de  www.seresmitologicos.net

domingo, 20 de noviembre de 2011

La Gula


La soledad lo asolaba, mientras se llevaba la manzana a la boca pensaba en su hermanos, lo que se habían ido, lo que habían escapado y se sentía solo y triste; los añoraba, los extrañaba pero sobre todo extrañaba  la sonrisa en el rostro de su padre. Se termino la manzana y comenzó la quinta de la mañana.

Pensó un rato en su padre, en sus hermanos y en sí mismo, pero no hallaba ni preguntas no respuestas. Cuando termino la decimo cuarta manzana se puso de pie y empezó sus labores del día. Cuando sin darse cuenta encontró la pregunta que buscaba ¿Por qué mis hermanos se fueron sabiendo que harían infeliz a mi padre? Y halló la respuesta retozando en una roca junto al lago. Era la nueva mascota de su padre, el nuevo mono sin pelo lo que había hecho que sus hermanos se marcharan y si lo eliminaba sus hermanos regresarían. 

Espero tarde en la noche, después de comer otras cuantas manzanas se acerco al humano dormido, podía escucharlo respirar lentamente mientras el calor se colaba desde su cuerpo desnudo hacia el pasto. Fue entonces  que descubrió que no sabía cómo acabar con él. Rápido como el instinto atacó el hambre y lo supo.

Se lo comió mientras dormía, le arranco la cabeza de un mordisco y continuó durante toda la noche, saboreando su sangre cálida y el aroma de su piel liberada al viento. Dejó lo más importante para el final: el corazón que había lastimado a su padre y causado discordia entre sus hermanos. Estaba a punto de comerlo cuando su padre; con dolor y asco en su rostro se acerco de entre las sombras y lo arrojo sobre el muro que rodeaba el jardín.

Cayo lejos del otro lado, cerca a sus hermanos.

¿Por qué te ha echado?


No ha aceptado mi regalo- dijo mientras les mostraba el corazón que aun latía en la palma de su mano.

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lunes, 14 de noviembre de 2011

La Pereza


Su padre había dicho que debía suplir a sus hermanos, los que se habían marchado, los que él había echado y le susurro que era un gran honor, ya que él tenía la fuerza de muchos. Él lo tomo como un alago, era sin duda el favorito de su padre.

Pero conforme pasaban los días y se acumulaban las tareas se preguntaba si de verdad era el favorito de su padre y no su esclavo. El cansancio se acumulaba en sus hombros, y le hacía doler la cabeza y las piernas. Cuando se lo dijo a su padre este contestó con un toque de ira y un dejo desprecio en su voz: “trabaja más duro y más rápido para que puedas descansar”.

Y así lo hizo, trabajo día y noche, bajo la lluvia y bajo el sol, con hambre y con sed, son sueño y dolor pero jamás podía descansar, el trabajo seguía aumentando  y jamás podía descansar.

El cansancio se acumulaba en sus ojos y en sus brazos, le pesaba en el alma y le cansaba los pulmones, sentía que los ojos se le caerían del ostro en algún momento y que terminaría rompiéndose como un muñeco de cristal.

“Lleva esta roca y ponla al otro lado del jardín, para que no entren los extraños” le dijo su padre cuando el cansancio parecía acomodarse en cada fibra de su ser. “¿Puede esperara padre, esto muy cansado”. “No, no puede” dijo su padre tajantemente y con desprecio en su mirada. Empujaba la roca con su espalda, y a medida que me avanzaba se cansaba más y más. Le abandonaban las energías, el ánimo se desvanecía como neblina al sol y sus fuerzas se perdían a medida que pasaba el tiempo y sin más anticipo que un bostezo se durmió sobre la enorme roca.

Su padre lo despertó, cuando la luna y el sol se habían escondido ya dos veces y aunque la roca estaba a dos pasos de la entrada, su ira hizo parecer que la roca no se había movido un milímetro desde donde su padre la entregó. Lo tomo del cuello y lo sacó para luego terminar de empujar la roca dejándolo encerrado afuera. Y antes de volver a cerrar sus ojos de cansancio escucho a padre decir: “otro hijo me abandona” y a sus hermanos que se habían marchado decir: “otro hermano ha escapado”
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domingo, 6 de noviembre de 2011

La Ira


El rojo se apoderaba de él, se le calaba en los ojos y le deshacía la mente dentro de la cabeza, le hacía temblar las manos y doler el pecho. Se sentía molesto, molesto con su padre, molesto con la mujer que no lo amaba y molesto con el ser sin ombligo.
Él la amaba y deseaba hacerla feliz, si ella quería la dejaría entrar en él, si ella quería él desobedecería a su padre, si ella quería el los mataría a todos; pero ella no quería nada de él.
Un día sin más ruido que la caída de una hoja, su padre la echó y él estalló con el ruido de una montaña que se derrumba; ahora él los mataría a todos, aunque ella no quisiera. Atacó a su padre, con sed de sangre y hambre de ella y su padre no tuvo más opciones que echarlo junto con ella.
Ahora ella lo quiere a él, lo quiere matando, lo quiere dentro de ella, lo quiere porque desobedeció a su padre, ella lo quería porque ya no tenía al ser sin ombligo y yo sospecho que ellos se quieren porque son iguales: ambos odian a su padre.



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jueves, 27 de octubre de 2011

Lujuria

Nuevamente lo estaba espiando, detrás del árbol, junto a la roca. El se bañaba, en el lago junto al árbol, frente a la roca. Era hermoso, imponente, único e igual a su padre. Era suyo. Lo deseaba, lo necesitaba con increíble urgencia. “No te le acerques” le decía su padre, pero ella no le hacía caso. Llegaba la parte más inquietante de la hora del baño, la que ella esperaba: cuando el salía y ella podía ver todo su cuerpo y la tentación que se mecía bajo su abdomen sin ombligo. Lo siguió de cerca desde el bosque mientras él encontraba un lugar para secarse al sol; se recostó en una colina con las piernas abiertas, mientras ella lo miraba desde los arbustos de espinas. Ella moría más de mil veces al día de pena; lo deseaba, lo necesitaba, lo quería y rápida como un relámpago y fuerte con un tornado una idea se aposento en su cabeza: lo quería dentro de ella. La idea le rondó la cabeza muchos días sin dejarla dormir, comer o escuchar a su padre; al fin entendía la función del trozo de carne que colgaba del hombre: era un regalo de su padre para ella. Una mañana cuando el dormitaba lejos de la vista de su padre, la idea se desencajó en una acción. Rápida como la liebre y silenciosa como el búho lo envistió y lo obligo a encajar en su cuerpo. En ningún momento demostró miedo ni rechazo, él también sabía que ella era suya y en cuanto ella lo envistió él se apresuró a entrar en ella. Jamás habían sentido el calor de otro cuerpo, y nunca habían experimentado un amor distinto al de su padre, este era mejor, más cálido, más cercano, más accesible y más humano. Pero no hay más dicha que ver los sueños rotos de los inmortales y el miedo en el rostro de los mortales. El padre Todopoderoso los vio, la degeneración de su creación y la fuerza de un amor más grande que él. A ella de hecho, la obligó a despegarse, a sacarlo de su cuerpo y a vagar entre cuervos a el regreso a ser el montón de polvo y barro que siempre había sido y desde entonces ella lo busca y él se esparce al viento tratando de encontrarla. En cuanto al padre, sólo sé que aun se retuerce de dolor por la pérdida de sus hijos y se consume en la envidia de un amor más grande que él .
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sábado, 13 de agosto de 2011

El monstruo de Londres 3

Flotaba, me sentía flotar en una niebla densa y húmeda mientras las palabras de Richard resanaban en algún lugar de la oscuridad. Me había matado, lo sabía muy bien; habría apostado todos mis dientes a que así era. Ahora me dirigía al infierno o algún lugar cercano. Pues debía pagar por aquella vez Richard y yo nos colgamos al baño de las monjas en el monasterio de la universidad y nos habíamos robado sus hábitos. Me iría al infierno por desvestir a las mujeres que se casaron que Dios.


Un golpe me sacó el poco aire que quedaba en mis pulmones. Ya no flotaba, por el contrario me hundía hacia algún lugar frio y oscuro. El agua me rodeaba, atrapándome en las profundidades fangosas y hediondas. Busque la superficie y me impulse con las piernas encalambradas. Cuando mi cabeza rompió la superficie tome todo el aire que pude y me arrastre fuera del agua. Afuera estaba oscuro y frio, pude ver la mansión desde la oscuridad y el bosque a mi derecha. Me había caído en el lago cerca de mi habitación.

Y con todos los recuerdos arremetiendo contra mi confundida mente, vino también el ardor de mi mejilla y el pánico desesperanzador. El pánico regreso de la manera más aterradora y vivida que pudiera pensar: cuando me gire para levantarme pude sentir el aliento fétido tras de mí, sus bigotes cosquillándome el cuello y finalmente una lengua áspera y tibia que lamia la herida de mi rostro.

La creatura lanzó un resoplido que movió cada cabello de mi cabeza y antes de darme cuenta levantó una de sus garras y me envió a volar bosque a dentro. La luna llena que hasta hace minutos me daba pistas se cubrió tras su abrigo de nubes. Entiendo la indirecta: esto iba a ser tan feo que ni la luna quería ver.

Unos ojos blancos enormes como vasos me observaban desde las afueras del bosque y tras un enorme salto pude oler de nuevo el olor a sangre seca de la boca de la bestia que nuevamente me enviaba a volar a través del laberinto de arboles fuera de la casa de Richard.

Deteniendo todos mis instintos me negaba a correr, fruto de una experiencia en el África: “los leones no matan a las vacas, por que estas no corren, lo que los leones buscan es el miedo de la presa y la emoción de la caza” me había dicho mi guía. Así que no correría, no iba a dejar que esa cosa se interesara en mí. Una nueva ola de pestilencia fue seguida del brillo de los ojos del monstruo, pero esta vez no hubo empujón ni resoplido; “se está aburriendo” pensé con fe. Pero me equivoqué, levantó su pesada garra y me aplastó el pecho; quería obligarme a jugar, pero permanecí quieto esperando mi única oportunidad. Me llevé la mano a mi bolsillo trasero tanteando mi única arma.

La cosa se veía confundida, aparentemente nunca había enfrentado un escenario donde nadie corriera o gritara, pensé que se iría, aburrido, decepcionado a cazar a otro logar. Pero nuevamente me equivoqué; si no podía jugar sólo le quedaba otra cosa por hacer: comer.

El monstruo descubrió el brillante juego de cuchillos que eran sus dientes y la pegajosa sustancia que los recubría, sus ojos parecían soñar y el olor se hizo más fuerte dándome a entender que esa cosa respiraba más rápido a causa de la excitación y ante el inminente ataque me jugué mi última carta, la última de la partida y si todo resultaba como yo suponía no sería la última del juego.

Tan rápido como el dolor de mi pecho me lo permitió extraje el reloj de mi abuelo, se había roto en una de mis caídas y su mica protectora había enterrado los vidrios en algún lugar de mi cadera, pero aún tenía un trozo considerable pegado a él. Así que con el último gramo de mis fuerzas lo tomé y se lo enterré al demonio en su ojo izquierdo.

El monstruo tiró de lo que quedaba del reloj que mi abuelo me había confiado y al tratar de sacarlo pude ver como también uno de esos puntos blancos salía de orbita y se apagaba de apoco hasta quedar oscuro como la noche que nos rodeaba.

La creatura se retorcía de dolor, ocasión que utilice para salir corriendo, recordé que cerca del bosque había un despeñadero, y tal vez una cueva donde ocultarme hasta el amanecer, pero fui muy ingenuo, el monstruo me siguió, podía escuchar sus gemidos y sus pasos tras de mí. Ya no quería jugar, ya no quería comer, ahora sólo quería al ser que le había costado un ojo.

Me dio alcance muy rápido, menos de lo que creía que le tomaría recuperarse y llegar a mí, me derribó hundiendo sus garras en mi espalda, me giró y me permitió mirar ese ojo blanco y solo en lo que debía ser una cabeza enorme mientras de la otra cuenca goteaba lo que debía ser su sangre, rugió tan cerca a mi cara que pude deducir que toda mi cabeza cabría en su boca. Levanto una de sus garras y la uso para aplastar mi pierna. Pude escuchar al hueso partirse como un palo seco y al dolor acudir al lugar rápido como rayo y poderoso como un volcán.

Para mi consuelo levantó su otra garra y descargó sobre mi cabeza llevándome de nuevo a una neblina, más densa que la primera, más reconfortante que el olvido del dolor. Y en mitad del sueño y la muerte me parece escuchar la voz de Richard: “esto no ha sido tan divertido”. Pero claro, no hay que creerles a las personas inconscientes.

Al despertar estaba en el hospital de Londres, era de los pocos que estaban allí sin tener la peste negra. No había un solo hueso roto, mi única herida un rasguño en la mejilla unas puntadas en mi glúteo derecho, donde se enterraron los vidrios del reloj de mi abuelo. Mi jefe había enviado buscarme luego de que no regrese de mi viaje a la campiña, me habían encontrado el martes en despeñadero, cerca a mi lugar de llegada, pero cundo fueron a preguntar, la casa estaba vacía, y en la puerta rezaba una nota en la que informaban que a causa de mi negativa a ir Richard había decidido ir de caza.

Al regresar a mi pequeño estudio había una nota, sin remitente ni sobre, las primeras líneas fueron devastadoras como una lluvia de cuchillas de afeitar:

Querido Johan

Es una lástima nuestro viaje de caza haya resultado tan mal, no ha sido para nada divertido, pero siempre eres bienvenido a cazar con migo.

Te deseo una pronto recuperación.

Cariños
Richard

Pero eso fue hace mucho tiempo. En el 1348 si la memoria no me falla. Actualmente resido en New York, en apartamento que tiene una mejor vista desde el 11/9, sin ofender.

Y desde ese año, el último fin de semana de marzo recibo una carta de Richard invitándome a cazar, se que él debería estar muerto hace mucho, pero yo también entonces no le veo problema y cada año le respondo que no, pero que sería un placer si el viniera a visitarme, jamás toco el tema de esa marzo distante, de nuestras edades o de la vieja Londres, él tampoco lo hace así que en lugar de ponernos vendas en los ojos, los dos nos hemos encerrado en la misma habitación oscura, sin puerta ni ventanas.

Siglos de investigación me llevan a pensar que el monstruo en la casa de Richard fue un licántropo, pero investigación posterior me demostró que hay muchas clases de licántropos: hombres lobo principalmente en Europa, hombres tigre en la india, hombres leopardo en Suramérica, hombres tiburón en Australia y las mujeres foca de Islandia, obviamente sólo pude descartar dos de estas especies.

Ahora sé que esta condición se trasmite más fácilmente de lo que los mitos dicen, por ejemplo en mi caso basto con una lamida en una herida abierta. Y si he de ser sincero soy demasiado cobarde como para intentar liberar al licántropo frente al espejo y descubrirlo pues aun recuerdo la cuenca vacía del monstruo de Londres.

Este año también me ha llegado una carta de Richard invitándome a cazar y ha anexado una foto que dice me convencerá de ir a cazar con él. Lo ha logrado, acabo de telefonearle para decirle que sí. He guardado su foto con cosas que tengo desde hace siglos y que se suponen ya no existen.

En la foto se ve a Richard. Exactamente el mismo de la casa de campo sin un día de vejez con un parche en su ojo izquierdo.

imagen tomada de linkmesh.com 

domingo, 7 de agosto de 2011

El monstruo de Londres 2

La mañana no provoco ni el más mínimo bienestar, pues mi gran ventanal estaba empañado y tras una rápida inspección encontré un par de huellas frente a la mancha; algo me había estado viendo dormir.

Me reuní con mi amigo en el desayuno tras una rápida ducha y un refrescante cambio de ropa. El olor del jugo de naranja llenaba la inmensa habitación que era ocupada por una araña suspendida de su delgado hilo; bajo la araña había una ostentosa mesa de caoba diseñada para al menos diez y seis personas, pero sólo tenía asientos para Richard y para mí.

-¿Qué tal tu noche, haz encontrado una respuesta para mi problema?

-Sí- dije llevándome una hogaza de pan de a la boca- recoge tus cosas, vende la propiedad y márchate de aquí cuanto antes.

Richard me miró con sana incredulidad desde el otro extremo de la mesa.

-No sé que es esa cosa, no sé como matarla y no considero prudente cortar el árbol, si esa cosa tiene su nido allí y lo destruyes, tal vez se enoje y por lo que me has dicho es muy violenta e inteligente, además anoche pude constatar que es muy curiosa.

-Si así es como lo vez mi amigo, sólo me queda cortar el árbol.- bebió su taza de un sorbo y se sirvió un poco de fruta en un plato.

-¿No me escuchaste? Es muy peligroso.

-Ya sé, pero todo el capital de mi familia esta invertido en este lugar y nadie desea comprar una propiedad en la que habita una criatura que puede comerte mientras duermes.

Ya había considerado la posibilidad de que me matara mientras dormía, pero después de la aterradora historia de Richard y escuchar como jugó con él, había llegado a considerar esa opción como la mejor.

-Entonces no puedo ayudarte, lo siento Richard pero nunca había visto algo así.

Calló unos segundo, sopesando alguna idea, tal vez su plan B.

-¿Aceptarías una invitación más antes de tú partida?

-¿Qué clase de invitación?- pregunté mientras la curiosidad y la resignación se mezclaban en el lugar más profundo de mi pecho.

-A cazar por supuesto- los ojos de mi amigo centellearon un momento. Fue sólo un segundo pero en retrospectiva ese brillo en esos ojos grises estremece mi ser como si se desatara un terremoto en mis venas.

No había podido ayudar a mi amigo, aún así el me hacia una nueva propuesta, me había dado de comer, me había dado un lugar para dormir y me había asustado hasta la medula. No quise despreciar su invitación, después de todo habíamos sido compañeros de estudio. Horas más tarde me arrepentiría de haber sido un caballero.

-Seguro, lamento no haberle dado respuesta a tu problema, pero si es tu deseo, te acompañare a cazar.

Mi amigo se levanto con entusiasmo y atravesó el imponente salón en dos zancadas.

-Johan, haces que mi corazón se estremezca de júbilo- se ubicó a mis espaldas y me tomó por los hombros- no sabes lo feliz que me haces.

Sus manos apretaron mis hombros recordándome la idea de que una sola de sus manos podía aplastar mi cabeza. Estaba en lo cierto; con un movimiento rápido con relámpago sujeto mi cabeza y la hizo reventar contra la densa mesa de caoba.

Mi conciencia se desvanecía tan rápidamente como la sangre saliendo de algún punto entre mi oreja izquierda y el corte de mi mejilla. De apoco me sumergía en una densa neblina roja mientras el pánico invadía mi paralizado cuerpo, de lo último que tengo un claro recuerdo es de la voz de Richard hablándome como si se encontrara a cientos de kilómetros de distancia: “Johan, esto será muy divertido”













imagen tomada de Escalofrios. com

domingo, 31 de julio de 2011

El monstruo de Londres

Ese fin de semana que daba por terminado el mes de marzo me encontraba camino a la casa de campo de antiguo compañero de estudios. No nos habíamos hablado en años, pero el tono alarmado de su carta y su contenido despertó mi oscura e insana curiosidad arrastrándome a una serie de hechos que aún hoy turban mi mente y hacen a mi alma deshilachada estremecerse en mi interior.

El cochero de mi amigo llego el viernes en la mañana, a las ocho treinta según el reloj de mi abuelo. A primera vista era un hombre pulcro, pero tras una rápida mirada de sus uñas mugrientas y el sudor seco en la parte interna del cuello de su chaleco hicieron desaparecer rápidamente esa idea de limpieza. El cochero era un hombre frio y nada civilizado; justo antes de darme los buenos días hizo rugir desde lo más profundo de su garganta un escupitajo que arrojo hacia una pared situada en frente de mi oficina.

Era un largo viaje, de casi nueve horas desde Londres, mi ciudad de origen, hasta la pequeña villa donde vivía mi amigo. El repúgnate cochero no me dirigió la palabra, por fortuna, en todo el viaje; lo cual me dio tiempo para reflexionar sobre la carta de amigo.

“Querido Johan.

Me encuentro en un serio problema que amenaza mi futuro económico y tras consultar a varios expertos sólo me queda pedir tu consejo. Por favor ven a mi casa de campo este fin de semana, pues tu presencia es lo único que me garantiza una respuesta satisfactoria.

Mi cochero personal irá por ti el viernes en la mañana, si decides no venir al menos envía una nota con él.

Saludos
Richard”

Esa carta había despertado mi curiosidad y de ser sincero, también deseaba pasar un fin de semana lejos del trabajo.

El carruaje daba giros cerrados por los montes escarpados y salpicaba en los arroyuelos de los campos, un olor a flores silvestres y a pasto se colaba por las ventanas de mi vagón seguidas del sonido de la garganta agria de mi chofer.

El reloj de mi abuelo dio las cinco de la tarde cuando la voz agria del cochero anunciaba que habíamos llegado. La casa se ocultaba tras un gran pino y un arroyo que bordeaba la colina tras la cual se erguía, era norme debía contar con al menos veinte habitaciones y una infinidad de corredores, cocinas y salas de estar, tras la casa había un establo donde se escuchaba el relinchar incesante de al menos veinte caballos. No me imaginaba a mi amigo con problemas económicos.

-¡ Johan!- mi amigo gritaba desde el porche de su mansión- has aceptado mi invitación, mi corazón está lleno de dicha.

-¡Richard!- respondí con entusiasmo- ¿Cómo iba a negarle algo a mi mejor amigo?
La imagen de Richard que guardaba en algún lugar de mi mente se deshizo al ver al hombre acercarse a mí: el Richard de mi mente tenía el cabello rojizo y la cara llena de pecas, no era más alto que yo, pero mucho más flaco y permanecía siempre bien afeitado; el hombre que venía a mi encuentro tenía el cabello de color sangre que encontré repúgnate, las pecas se habían desvanecido y ahora debía medir dos metros, tal vez más, sus brazos eran enormes, cada una debía ser casi de mi tamaño, durante un segundo me invadió el pánico al saber con increíble certeza que podía aplastar mi cabeza con una sola mano si así lo deseara. Grandes ojeras se extendían bajos sus ojos grises, como si tuviera puesto un antifaz, me sonrió al ver mi expresión de estupefacción dejándome ver una centellante sonrisa de blandas perlas bajos sus rojos y delgados labios.

-¿Has tenido un viaje agradable?

-Ha sido un estupendo viaje, gracias por invitarme a tu casa.

Lo seguí a través del laberinto de corredores que era su casa hasta una amplia habitación, más amplia que mi estudio en Londres y la habitación que usaba como casa, la pared norte de la habitación era un enorme ventanal que daba hacia un gran árbol del cual no podría decir su especie, tras el árbol se extendía un bosque y junto al bosque había una laguna donde el caballo que había traído saciaba su sed.

-¿Estarás cómodo aquí o deseas otra habitación?

- Es perfecta, gracias Richard, pero no he venido de vacaciones- casi me rio ante esa idea- he venido a ayudarte.

La mirada de mi amigo se ennegreció un momento, pero luego regreso a la normalidad, me guió hasta una sala, me ofreció una silla mientras él acomodaba su enorme ser en sillón. Tras un café que nos trajo su mucama empezó una narración que en retrospectiva me hiela la sangre y desata los gritos en mi garganta que acallo de a poco al recordar la sonrisa confiada de mi amigo.

-“Johan, mis problemas iniciaron hace tres años cuando compré esta propiedad. La escogí por sus bosques y porque son una zona de caza perfecta. Veras hace tres años en la temporada de caza estábamos persiguiendo a un animal enorme, llevábamos días tras su pista y una noche lo vi trepando el gran árbol que hay afuera de tu cuarto. A la mañana siguiente lo vi una sombra bajando así que esa noche preparamos a los hombres para matarlo al día siguiente, pero no regreso al árbol. Así que nos adentramos en el bosque y yo me aleje del grupo buscando el sendero que usó para bajar del árbol.

Había caminado sólo unos pasos cuando encontré sus huellas, ¡rayos eran enormes! Así que decidí seguirlas, unos veinte minutos de caminata después las huellas se detuvieron al borde de un despeñadero, la noche caía muy rápido y pensé en regresar cuando una rápida ráfaga de aire caliente me golpeo en el cuello y pude sentir- su voz se entrecorto un momento- pude sentir como sus bigotes rozaban mi nuca y entonces esa cosa me lamio tras la oreja, la saliva caliente y espesa vino seguida de un terror absoluto, no pude gritar ni correr, sólo pensé en que me iba a matar, comer mis restos y luego regresaría al árbol. Yo no había estado cazando esa cosa, ella me cazó a mi”

Suspiro un momento y yo trague sonoramente, me tenia al borde de mi asiento pues hace tres años yo estaba en sus misma condiciones, sólo que yo sabía que era un león macho que yo llevaba estudiando y que en dos segundos uno de mis guías le voló la cabeza con una escopeta.

-Entonces ¿Qué paso después?- pregunté, mi curiosidad iba a hacer que me estallara la cabeza.

-No sé- dijo Richard mirando algún punto sobre mi cabeza.

-¿Qué quieres decir?

-Desperté tres días después en mi cama, me contaron que escucharon un rugido y cuando fueron a ver me encontraron en el fondo del despeñadero, me subieron e hicieron venir al doctor que nos acompañaban. Lo que sea que me atacó me rompió las piernas, las costillas el brazo derecho y me dejos el brazo izquierdo colgando de mi cuerpo, pero no le hizo nada a mi cabeza, sólo estaba jugando con migo. Después de eso cada dos semanas regresa al árbol al anochecer cargando vacas y ovejas muertas y luego baja sin nada minutos antes del anochecer está acabando con mi ganado y ahuyentando a mis empleados. Tu eres biólogo Johan, necesito que me digas que es y como lo mato.

-Aun no lo he visto y por lo que me has dicho tú tampoco lo has visto bien, así que aun no puedo decirte que es.

Mi amigo sonrió abiertamente, se bebió su café de un solo trago y me dijo con tono de mofa:

-Ya anocheció, seguro lo veras subiendo y bajando del árbol.

Me llevo de nuevo a mi habitación y mientras me preparaba para dormir escuche un rugido que venía del bosque seguido de una sombra que trepaba el árbol cargando lo que parecía ser un caballo. A lo lejos resonó la risa de mi amigo mientras mi corazón se debatía entre latir hasta estallar o callarse para siempre.












imagen tomada de Escalofrios.com

sábado, 16 de julio de 2011

A los caballeros los mataron los dragones

-¿Y vas a ir tu sólo?

- Supongo, es lo que los héroes hacen: van a las guerras y mueren por su gente.

Era un hombre, al fin lo era y ella al fin podía ver lo mucho que había crecido.

-Pero cazar dragones no es para todos.

-Exacto, si yo no voy nadie lo hará.

Limpió su espada por última vez; la enfundó y se puso el yelmo sobre los hombros, lo miró una vez más mientras los ojos se le inundaban de debilidad. Y marchó dejando atrás a su amiga, a su única amiga.

En el camino encontró a una niña, de dorada cabellera y grises ojos, de inmediato supo que la amaba, que era gracias a ella que el sol salía cada mañana y era lo que mantenía a las cosas pegadas a la tierra.

La niña sonrió al verle y se echó a correr entre los arbustos chamuscados por el dragón que él había estado cazando. Se bajó de su montura y corrió tras la niña, corrió por lo que le parecieron mil años mientras una suave y cálida brisa le traía el olor del perfume de la niña, durante un segundo vio como el aire se arremolinaba tras ella jugando con su corto cabello de oro y a él se le inflaba el corazón “oh, te amo” no podía pensar nada más.

La niña se detuvo frente a unos árboles y lanzo una risita aguda al viento. Él avanzo de apoco temiendo asustarla. El corazón se le hinchó una última vez antes de que el alma se contrajera de terror en lo más hondo de sus ser.

El dragón se irguió tras la niña y exhalo su aliento de fuego sobre el caballero que se cocinaba en su reluciente armadura nueva mientras comprendía con una mezcla de tristeza y esperanza, que se había enamorado de la hija del dragón.














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viernes, 8 de julio de 2011

Gorgonas

El ultimo rayo de sol se colaba entre los viejos edificios mientras le abría paso a la inmintente noche. El resonar de sus tacones se asemejaba a pequeños truenos que resonaba en cada callejón y grieta de la ciudad. Ella era morena, con encantador tono caramelo y el cabello recogido al interior de elegante sobrero de diseñador, el traje rojo resaltaba sus curbas pronunciadas.

Al cruzar una esquina llamó la antención de tres hombres que atraidos por su belleza no tuvieron el menor discimulo a la hora de seguirla; guiados por el ruido de sus tacones y la sombra del fino sombrero.

Era fácil, como guiar ganado a travez de un pasillo, todo era muy predecible, como el sol saliendo cada mañada un giró más y todo estaría completo.

Ella dobló una esquina entrando a un callejó si salida. Los tres hombres la miraron y notaron los grandes lentes que cumbrian su rostro, eran negros como gotas de petróleo suspendidas en un marco muy degaldo.

Uno de ellos se acrcó y froto su mano contro el rostro de la mujer, ella se retiro dos pasos hacia atras lo cual generó el ambiente qeu los hombres buscaban, la tocabán de manera susgestiva; ellos reían mientras ella buscaba una salida. Pero todo el jeugo terminó cuando uno de lso hombres derribó si costoso sombrero.

Bajo los primeros rayos de luz provenientes de un farol cercano se revelaron unas serpientes, cobras, corales, mambas negras; serpientes de todos los colores y de todo el mundo hacian aparición sobre la cabeza de la mujer, quien con toda calma se retiró los lentes de la cara para dejar ver unos blancos: los ojos de una gorgona.

Los hombres quedarón petrificados, esattuas con un grito de horror atascado para siempre en sus gragantas."Era fácil, como guiar ganado a travez de un pasillo, todo era muy predecible, como el sol saliendo cada mañada" pensó para si misma, bebió la sangre que aún corria por los canales que alguna vez hubieran sido venas en la carne de aquellos grotescos seres.

Adormeció a las serpeintes con su canto y las ocultó bajo el fino sombrero de diseñador, se colocó los lentes de petroleo nuevamente y se alejó del callejó. Sin rumbo y sin sed.

jueves, 16 de junio de 2011

El traficante de muerte

Llegó en algun punto de la madrugada, con su elegante traje, su crucifijo de oro, y el pentagrama tatuado en la palma derecha. Jugueteo con unos periodicos abandonados en una esquina sucia, hizo que algunas lamparas estallaran y le prendio fuego a la estación local de bomberos.

Entro la iglesia, causando un llanto prolongado en todas las figuras que manchaban sus rostros de sangre, el sirio sagrado se derritio y las heridas del cristo se abrieron. Ingresó a la habitacion donde las monjas dormian. Cerró la puerta con un fuerte ruido.

Las mujeres se despertaron entre el terror y la fé.

- ¡Damas!- sañudo el traficante con total confianza, su voz era suave y agradable, muchas creyeron que Jesús había bajado y ahora le hablaba- lamento la interrupción, pero el padre Palma no se encuentra y necesito la información del niño, asi que- su voz cambió y se hizo grave- ¿donde está el niño?

El padre Palma no se encontraba esa noche, aparentemente al tomarle la mano al niño lso clasicos estigmas se manifestaron sobre él. Sor Teresa recordó la conversacin con el padre esa mañana: nadie debia saber del niño; se extendio y tocó al monstruo con el rosario que el papa Juan Pablo habia bendecido hacia ya 15 años.

Una sonrisa, malevola se dibujo en la cara del traficante:

-Por favor hermana, ¿de verdad cree que un trozo de plastico va a detenerme?

-¡ El niño está en el aeropuerto, el padre Palma pidió que lo traladaran a la santa sede!- se escucho en el fondo de la habitación.

El rostro de Sor Teresa dejo ver el panico desgarrador que subia por pecho, el hombre rió

- Me agradan las respuestas simples para preguntas simples- se dio la vuelta, libero la puerta que se abrió dejando entrar un olor a limón, posó nuevamente su penetrante mirada en la cara descompuesta de Sor Teresa y proclamó: mucho cuidado hermana, por que todos estarán pronto en el punto ciego de Dios.

Se marchó en algun punto de la madrugada, sin mas testigos que las 12 monjas del pueblo y una estación de bomberos aterrados.

El traficante de muerte se desvanecio en la noche fria mientras la impaciencia lo consumia; iba camino a conocer a Lucifer encarnado

viernes, 10 de junio de 2011

De angeles, humanos y tentaciones

-¿Y si lo hago, entraré al cielo?, le preguntó la prostituta en la confesión.

El joven de ojos oscuros la observaba con tentación, hacia días que lo hacía, en la esquina de bar en frente de la iglesia cada noche durante dos años.

Dudó un segundo, observo la imagen de la santisima trinidad que le habia regalado la comunidad tras años y años de impecable servicio a la comunidad, pero los santos de yeso no ofrecieron consuelo ni respuestas.

Tomó aire, se encomendo al padre Todopoderoso y pidió fuerzas.

-Sí hija mía, si lo haces entraras al cielo, recuerda que hasta las prostitutas pueden hacer pactos con Dios.

Ella se levantó, miró la imagen del sagrado corazón, suspiro y con la experiencia y agilidad propia del oficio se desabrochó el sosten sin sacarse la camisa, se recosto en el altar de las consagrasiones y entre susurros y llantos proclamo:

- Hagase en mí segun tu voluntad, he aquí la esclava del Señor.

Era la segunda mujer que Gabriel veia, brevemente recordó a María y su piel suave e inmaculada, su cabello de seda y sus ojos marrones. Cerro los ojos, se encomendo a su Padre nuevamente y se propuso engendrar otro mesias.

De angeles y humanos

Ella tomó su mano, la apreto levemente y dijo mirandolo a sus penetrantes ojos negros:

- "amarte fue lo unico noble de mi vida, que tu no me ames es la mas sabio que haz hecho en tu vida"

Solto su mano, se puso de pie, desplego sus alas y se entrego la eternidad del firmamento. Esclava del destino, con el peso del mundo sobre sus hombros, se fue sin voltear.

Él suspiro, el tercer ángel que se le escapaba ese mes.

domingo, 1 de mayo de 2011

Condor

El sonido del motor era continuo y claro, despedia ese olor a gasolina que Jonh tanto amaba; el clima era perfecto y ni una nube se veia en el perpetuo e inmaculado firmamento.

Subio a la avioneta esa mañana de agosto y despego rumbo a la civilizacion, llevaba dos semanas entre nativos en los mas alto de los andes; cuando lo vieron llegar en el ave de metal de inmediato le divirtieron que no lo usara o la señora de los cielos se enojaria. Describieron a su deidad como lo Jonh conocia como una arpia, él le resto importancia pensando que talvez seri un condor o uno de esos extraños animales de lo que tanto se habla en suramerica.

Las palabras del cacique vienron a su mente: "Es grande y muy fuerte, huele como un campo de mil cadaveres al sol y simpre se coo los ojos de sus victimas antes de arrancarles la cabeza, es oscura como la noche y su pelo es rubio como el sol. Jamas deja que nada surque los cielo mietras ella vuela" la voz del indio se difumico por le ruido del motor y Jonh rapidamente olvido la historia"

Casi podia saborear el cafe de su madre y escuchaba ya la platica que tendria con sus amigos cuando un olor le desgarro el pensamiento, era horrible, putrido como si mil cadaveres hubiesen sido dejados bajo el sol a su proia suerte. Un chillido desgarro el cielo y un golpe sordo se escucho en la cabina. Jonh contuvo la respiracion un momento sólo para escuchar como el grueso blindaje de su avioneta era rasgado.

De Jonh nunca mas se supo nada, su avioneta fue hallada vacia en mitad de la selva con marcas de garras en el fuselaje, los gobierno de varios paises encubrieron este accidente y sobre el escritorio de varios mandatarios descansaba un archovo dandole otro motivo para evitar que los aviones militares sobrevolabaran esas zonas.

La arpia habia atacado de nuevo y Jonh pasaba a ser otra parte mas de las historias de los andes.

sábado, 23 de abril de 2011

Edward John Smith

La noche se extendia inmaculada y fresca en el horizonte, abajo los pasajeros reian y bailaban al ritmo suave de la banda y la cabina se sumergia en un silencio y paz que invocaban a Morfeo y su canto para satisfacer al experimentado capitan.

Edward John Smith, con el pecho lleno de orgullo y aire marino se dejaba llevar por el ritmo y la alegria que revosaban en el Titanic. Se hallaba cabeceando, al borde del sueño cuando un canto, un ritmo, una melodia lo desperto, la cancion parecia venir de la nada y solamente sirvio para despertar al viejo lobo marino.

La noche avanzaba, los festejos se hacian mas alegres y muchas parejas se dirigian a dormir, pero Smith seguia alerta, el canto no se habia detenido; por el contrario se habia hecho mas fuerte y mas dulce. Tras varios intentos en vano el capitan por fin pudo localizar el origen de la cancion: venia del mar, el reino de poseidon tambien estaba de fiesta y Smith era el unico testigo de la banda que tocaba en las profundidades.

Tras varias horas escuchando la medolia que se le calaba en las venas y le llenaba la cabeza con historias de mujeres hermosas y aventuras en islas griegas la locura se apodero de Smith y este con un giro rapido volco al titanic ese 15 de abril de 1912 suemrgiendose a si mismo y a 1517 personas mas en las oscuras profundidades del Atlantico.

Se cree que la historia del iceberg fue inventada por los pocos y asustados sobrevivientes y un gobierno que conocia pero ocultaba el desgarrador poderio de las sirenas.

Edward John Smith, hasta ahora, la mas importante victima del canto de las sirenas.

lunes, 18 de abril de 2011

Gargolas

"A veces a las personas se las traga la tierra", me dijo el detective privado que habia contratado para buscar a mi hermano. Lleva 2 semanas en su labor, pero aun no habia ni el mas minimo rastro de él. Habia ido a la iglesia de la capital para orar por su nuevo trabajo pero no habia regresado.

Dos días despues encontraron su billetera y trozo de su camisa colgando de una de las garras de la gargola que yacia en la parte alta de la torre principal de la iglesia.

Mire con incredulidad al hombre canoso y cansado que fumaba frente a mi. Su respuesta no me satisfacia, aun asi le pague y como un acto de venganza fui a la iglesia en que se vio por ultima vez a mi hermano; queria venganza de Dios.

La calle esta sola y una rafaga leve levantaba los papeles y las hojas de los arboles que descansaban en las aceras cercanas. La luna se desdibuja de apoco en una sonrisa de gato y el cielo oscuro se extendia hasta tocar las copas de los arboles desnudos dandole un toque siniestro a la iglesia y la gargola que custodiaba la ciudad desde lo alto.

Me preparaba para romper el famoso y costoso bitral cuando una sobra captada por el rabillo de mi ojo me distrajo. Un vago hurgaba la basura de una casa cercana cuando una enorme sonbra descendio de lo alto, lo atrapo y lo llevo hacia el firmamento envuelto en penubras.

El panico recorrio mi piel y penetro mis ojos con alarmante velocidad, la piedra de mi mano cayó y mis pies me sacaron de allí no lo suficientemente rapido como para evitar que el sonido de los gritos del vago llegaran a mis oidos.

Tras una noche de insomnio y alerta total tome valor y regrese a la iglesia. Usando mis binoculos observe la imponente gargola que habia cambiado de posición de la noche a la mañana y con un grito ahogado pude ver un trozo de la ropa del vago que se mesia al viento como una bandera llena de sangre atrapada entre sus garras mientras de su horrenda boca caia la ultima gota de sangre.

Las palabras del detective resonaron en mi cabeza y como la cruel de las epifanias vino a mí: "A veces a las personas se las traga la tierra". No, a veces a las personas se las traga el cielo...

sábado, 16 de abril de 2011

Carrera hacia Valencia

Los cascos de los caballos resonaban en el camino empedrdo que daba al bosque mientras el corria rumbo al castillo abandonado, su corazón resonaba en su pecho mientras los sonidos se acercaban cada vez mas los jinetes.

El sonido se detuvo repentinamente y fue reemplazado por un suave crujido: estaba en la playa cercana a los jardines de su imperio, sus pulmones se llenaron del aire salado y la paz recorrio su ser con increible rapidez, pero la ruina llego por sus oidos; el galope de los jinetes segiua tras él, eran mas y mas cerca.

la desesperación se apodero de su ser y la desgarradora soledad empezo a consumirlo, no podia soportarlo más, llevaba dia corriendo sin descanso, penso que si se detenia ellos tendrian piedad y le daria un muerte rapida.


El centauro se detuvo, y al darse la vuelta noto que nadie lo perseguia, habia estado huyendo de sus propios pasos los ultimos 3 dias. Una sonrisa se dibujo en la comisura de sus labios y siguio su camino hacia el castigo con energia renobada.

sábado, 2 de abril de 2011

De sirenas y licantropos...

Ya la habia visto muhas veces en el autobus, le encataban sus ojos grises, sus labios de fresa, su piel blanca como la nieve y su cabello negro como la noche. Era alta, delgada y con curvas pronunciadas, él siempre le cedia el puesto y mientras ella se sentaba una rafaga de aire dulce se adentraba en sus pulmones. Él la deseaba, como jamás habia deseado a nadie.

Jamás le dijo nada, hablar no era lo suyo no se imaginaba ningun tema de conversacion cerca a ese penetrante olor dulce. Tan tentador, tan embriagante, tan sutil y profundo, se imagino que asi debia actuar el canto de las sirenas, atrayendolo cada vez a una muerta horrible.

Y tal y como Ulises, se acerco a ella y cuando no pudo soportarlo mas la siguio y la sumergio en la obscuridad de un callejon. ¡Que tragica y caprichosa suele ser la vida!,cuantos resultados inesperados yacen a la vuelta de cada esquina: nadie le dijo, nadie sabia, nadie sospechaba que el hombre que dogmaticamente cedia su puesto a la dama no era un caballero, sino un licantropo y mucho menos que no la deseaba por su cuerpo, sino por el olor, el enviciante olor de la comida fresca.

En un unico acto de piedad le rompio el cuello con rapidez y se dispuso a disfrutar de su carne, pero la vida no solo juega con los mortales; sus ojos grises eran en realidad lentes de contacto que escondian ojos negros, sus labios de fresa infestados de colageno y labial, la piel blanca eran en realidad una solida capa de crema y polvo y su cabello era la mas perfecta capa de tinte jamas vista y para el dolor del inmortal el olor era una mezcla de cosmeticos, sudor y colonia.

Abandono el cadaver, habia sobrevivido 500 años pero no se habia acostumbrado al olor de la belleza plastica.

sábado, 12 de marzo de 2011

Deseo mutuo

-"Si la quieres, tendras que arrancarla de mis dedos tiesos y frios"-me dijo una soleada tarde de domigo.Jamas pense que eso podria ocurir, pero cuando lo hizo una lugubre sonrisa se esparcio por mi rostro cuando.

Deje el cuerpo a un lado, ya no me interesaba. Contemple el relicario unos instantes, no me interesaba en lo mas minimo, lo que me importaba era lo que habia dentro. Salí rapido como un disparo y me desvaneci en la neblina que empezaba a cubrir el campo.

Solamente me detube cuando el astro rey empezaba a levantarse somnoliento el el eterno horizonte, me sente en el prado y abri con cuidado el pequeño relicario mientras mi mente recordaba freneticamente los ultimos 3 meses:

El hombre que se ofrecio a llevarme a casa en su falmante auto nuevo, la bestia que me habia arrancado la humanidad con increible destreza y el dios que habia obligado a matar para recuperarla.

El sonido de su carne desgarrandose para darle paso al puñal y el olor nauseabundo del pus que llenaba su venas.

Escuche un suave "CLICK" que dejo ver el interior del relicario y mostro su vacio interior. Esto comprobo mi mas grandes sospechas: yo no habia perdido el alma, él demonio no tenia mi alma. Yo solo tenia deseos de matarlo y él solo tenia ganas de morir.

domingo, 27 de febrero de 2011

VERDUGO

Mientras sus ojos se vaciaban y su boca exhalaba su ultimo aliento ella recordo la primera cosa que ese detestable sujeto le habia dicho:

-"Un día de estos tu me vaz a matar de amor"

Desde entonces se habia dedicado a perseguirla, acosarla y a ahuyentar cuanto pretendiente se le presentaba, era grosero, altanero y siempre terminaba sus frases con alguna palabrota; se creía su dueño pero jamas hizo el mas minimo intento de seducirla o hacerla sentir amaday protegida.

Nadie más que ella le daba importancia, todos los demas le decian: "ignoralo, tarde o temprano se cansara y se marchara", pero no lo hizo, la persiguio en su casa y en los bares, fue hasta su trabajo y causo su despido. Al final tras 3 agotadores años ella decidió darle fin. Lo llamó y le invito a cenar.

Esa noche la luna se escondia timida tras un nubarron negro que desdibujada el horizonte y fucionaba la tierra con el cielo en un eterno abrazo color carbon, él se puso su mejor saco y corbata, lustro su zapatos y se puso esa costosa colonia que su padre le habia regalado hacia ya tantos años.

Ella lo esperaba con ajustado vestido negro que resaltaba sus curvas y hacia juego con sus preciosos ojos verdes, los labios rojos con una diminuta capa de brillo, unos tacones de punta alta y unos pendientes que resaltaban su cuello delgado y su prominete pecho.

Él sintio un cosquilleo en el pecho en cuanto ella lo beso en la mejila, le sirvio una copa de vino rojo, la mejor cosecha que hubiese sido embotellada jamas. Comieron carne de cerdo en salsa de trufas y a él se le cayo el tener en varias ocaciones cuando bajo la mesa ella frotaba sus piernas contra las de suyas. Casi se asfixia con un trozo de zanahoria cuando ella le tomo la mano bajo la mesay la froto la pierna.

Al final de la cena, cuando las velas estaban casi consumidas, la botella de vino estaba en el bote de la basura y la noche se debilitaba ante la inminente llegada del amanecer ella se levantó, le tomó la mano, lo miro a los ojos y le dijo "te amo" besandolo sorpresivamante en los labios.

Ella se alejó para ver como él se sujetaba el pecho, mientras sus ojos se vaciaban y su boca exhalaba su ultimo aliento.

Le provocó un ataque al corazón. Él tenía rezón: ella lo había matado de amor.

sábado, 19 de febrero de 2011

capitulo 2: hijo del pecado

Era el hijo del pecado,talvez sin haber cometido un solo pecado, pero no cabia duda: era el hijo del pecado. Su madre, una conocida y solicitada donadora de calor, vendedora de orgasmos, una dama de una noche. Su padre, un jinete de la muerte que cabalgaba en los barrios bajos sobre su corcel de dos ruedas y gasolina regular.



Su concepcion no fue un actor de amor; ella regresaba a casa tras un largo dia, él acechaba como vibora en las sombras. En la mitad del parque frente a la imagen de la virgen de los dolores, él la tomó con brusquedad y forzó a una nueva vida a prosperar en un vientre que no lo deseaba.



El reloj continuó con impetu su marcha y contra todas las predicciones, el hijo del pecado se encontraba proximo a ser escupido en un mundo hostil, pero el destino es caprichoso y sus retorcidos juegos siempre le arracaran una sonrisa a personas de humor morbido (como yo). Frente a la misma imagen de la virgen de los dolores que habia visto la gestacion del hijo del pecado, un puñar rasga el silencio y el frio de la noche para fundirse en el vientre de la donadora de calor dejando que la sangre tibia y espesa llene sus manos; luego sin ninguna muestra de felicidad o dolor en su ojos, el jinete de la muerte se sube a moto y regresa a su reino de tinieblas, drogas....y balas.



La madre llegó sin vida al hospital local, el jinete no tuvo tiempo de limpiarse la sangre de las manos: le dispararon a pocas calles del parque. El niño, el hijo del pacado vivió- ya sea para bien o para mal- gracias a una sangre espesa como arena, caliente como el sol y maldita como su anterior dueño. Ahora al hijo del pecado le corre por las venas las sangre de Lucifer.

capitulo 1: cadaver

El cuerpo hervia, su calor llenaba la morgue del hospital haciendo que los otros cuerpos se descompusieran en sus mesas. El forense miro su reloj: 3:15 a.m. El cuerpo completaba ya 12 horas en la morgue y no se habia enfriado un solo grado; el termometro seguia marcando 53°.



Lo habian encontrado en una tumba sin cerrar, al principio creyeron que estaba dormido, pero luego se hizo evidente que no despertaria. Con su llegada a la morgue el cuerpo cuestiono inmediatamente 30 años de experiencia: la sangre , espeza como arena, se colaba pesadamente por la nariz, oidos, y encias del cadaver, su pecho se fundia en una sola armazon de hueso sin costillas palpables. Las manos venosas, con cada tendon expuesto, eran notablemente mas frias que el resto del cuerpo.



Habia intentado abrirlo, pero sencillamente el cuerpo habia roto cada bisturi, escalpelo y cierra que habia usado. El cuerpo solo tenia dos heridas: un par de pequeños cortes delgados como un cabello y largos como una mano, en su espalda.



¿Que diria Manuel Ortega, forense de profesion y ateo por conviccion, si alguie le dijera que el cuerpo que yacia hirviendo en su mesa, era en realidad el cadaver de un angel?, y no de cualquier angel. En la morgue del hospital del pueblo, a las 3:15 a.m. Manuel Ortega llanaba el certificado de defuncion de Lucifer.....

pre-facio: privilegio

...Le ardian los ojos, la boca estaba seca y le sangraba la nariz.Apreto el puñal en su mano contra su vientre de concreto...pero no paso nada.. luego ella suspiro por ultima vez y se sumergio en las turbias aguas del pasado mientras su venas se vaciaban....Y por enesima vez ese día él deseó ser merecedor del crudo privilegio de la muerte. Asi se quedaron: ella en su sueño eterno, él blandiendo el puñal contra su pecho vacio mientras el rio tigris continuaba su marcha hacia el eden: Satanas estaba solo nuevamente. Lilith ha muerto...



...Y como si el dia no pudiese ser peor, al regresar con su Padre se da por enterado que Adam y Eva han conspirado en su contra. Haciendo un trato con una serpiente y una manzana le han hechado la culpa de su corrupcion.Él jamas tendria una excusa, ¿como iva a explicarle a su padre que habia codiciado a Lilith?, ¿como iva a explicar que él era el unico culpable de su destierro? y sobre todo ¿como iba a explicarle que el no habia podido ser la serpiente por que en esos moemntos el estaba enterrando al unico amor que habia tenido- un amor mas profundo que el que tenia hacia su padre-?...No, era mejor no decir nada, pero miro con desprecio a los pequeños monos calvos, tan diferentes a su amada que yacia durmiendo lejos de la gloria de su padre.



Se fue, sin decir nada, sin prometer vengaza, sin pedir disculpas, sin dolor, sin gratitud....y asi paso los siguientes 2 años: recostado junto a Lilith. Hasta que es su primer y talvez unico acto de amor incondicional hacia un humano despues de la muerte de Lilith, se arranco las alas y vertio su sangre en el cadaver de ella. Pudo observar como el calor volvia y su corazon reanudaba su marcha. Estaba viva. Pero cuando su padre lo supo, envio un ejercito a encerrarlo, su padre no queria competencia.



Lilith se fue, sin darse cuenta que llevaba en su vientre al primogenito de Lucifer, fue la primera virgen del genesis. Un par de milenios mas tarde ella y toda su descendencia supueron de la revuelta en la presion de los cielos (en una estrella a casi 8 años luz de la tierra para ser precisos) y que al parecer el cuerpo de su amante habia caido en una pradera no muy lejana, inerte, caliente, sin alas, sin perdon, sin comapañia...

IRA

Detestaba a los pescadores, siempre lo habia hecho. Detestaba como olian, como se veian, como hablaban; para él eran solo ratas de mar, pues tenia la absoluta certeza que a los pescadores no tenian madres, a ellos los habia escupido el oceano. Se paró, se limpio la sangre del rostro y observo con una malevola felicidad el cadaver de la rata marina: lo habia matado a golpes, eso le enseñaria a los demas a nunca mirar a su hermana; la unica mujer de la isla. Se alejo del pequeño bosque de palmeras, disfrutando como se escurria la sangre entre sus dedos.



En la puerta de su choza habia una nota: "Me marcho con Emilio, el pescador del bote verde, la cena esta en el horno. Cariños Sofia. PD: me he casado con Emilio". La tormena estalló a su espalda y con ella la ira se libero en todas sus celulas; anhelaba la sangre de Emilio. Corrió por entre el bosque de palmeras camino a la costa mientras maldecia y gritaba una y otra vez el nombre de l diablo como si fuera un hechizo, un maleficio, una petición.



Tenia la boca seca, su mente era acosada por los demonios de los cielos, la sangre le goteaba de las garras humedas. Lanza un grito a la furia de la tempestad que se hace eterna y se funde con la noche. Al llegar a la playa puede ver como los botes sarpan al corazon de la tormenta dejandolo solo en la isla, unicamente para descubrir (muy tarde por cierto) que el diablo no era sordo