Nuevamente, no es uno de mis textos habituales, espero les guste.
El mañana es una
danza, con dos bailarines:
La vida con su traje
de brillantes
Y la muerte, con su
traje opaco
Danza al son del
destino, creando piruetas.
Al ritmo del violín
giran en la habitación,
Entre complicados
pasos, saltos y cabriolas
Recorren la noche
estrellada.
Una de ellas tropieza
y la otra continúa su danza en soledad
¿Quién cayó? ¿Quién siguió
bailando?
Depende
exclusivamente de quien observe el baile.
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