jueves, 3 de septiembre de 2015

El sentido de la vida

¿Y entonces? -Me preguntó como quien no quiere la cosa -¿Cual es el sentido de la vida?

Suspire. Era algo no esperaba, a pesar que sabía que cuando estaba deprimida formulaba preguntas extrañas, pero nunca había cuestionado su existencia. Para ser sincero eso me preocupó.


-Bueno -La atraje hacía mí, al principio se resistió, pero de apoco cedió hasta encajar recostada en mi pecho –en mi experiencia, el sentido de la vida es encontrar una acción que nadie más hubiese podido hacer. Es hallar el motivo por el que somos indispensables para el universo, averiguar qué cosa no habría pasado por ningún motivo si nosotros no hubiésemos existido. Sea grande o pequeño, debe haber algo que sólo pueda hacer un individuo especifico en un tiempo determinado. 


-¿Y tú? –sentí como se secaba las lágrimas en mi camisa mientras se abrazaba a mí con fuerza -¿Ya encontraste eso que nadie más puede hacer? 


Tome sus manos y las llevé hasta mi cara, las usé para acariciar mis labios y peinar la punta de mis pestañas mientras el aroma cálido y acido de su piel se desprendía lentamente con cada palpitar de su corazón. Luego las eleve un poco más y besé las cicatrices de sus muñecas.


-Sí, ya lo encontré –Le dije mientras ella se apretaba más contra mi pecho.

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