lunes, 18 de abril de 2011

Gargolas

"A veces a las personas se las traga la tierra", me dijo el detective privado que habia contratado para buscar a mi hermano. Lleva 2 semanas en su labor, pero aun no habia ni el mas minimo rastro de él. Habia ido a la iglesia de la capital para orar por su nuevo trabajo pero no habia regresado.

Dos días despues encontraron su billetera y trozo de su camisa colgando de una de las garras de la gargola que yacia en la parte alta de la torre principal de la iglesia.

Mire con incredulidad al hombre canoso y cansado que fumaba frente a mi. Su respuesta no me satisfacia, aun asi le pague y como un acto de venganza fui a la iglesia en que se vio por ultima vez a mi hermano; queria venganza de Dios.

La calle esta sola y una rafaga leve levantaba los papeles y las hojas de los arboles que descansaban en las aceras cercanas. La luna se desdibuja de apoco en una sonrisa de gato y el cielo oscuro se extendia hasta tocar las copas de los arboles desnudos dandole un toque siniestro a la iglesia y la gargola que custodiaba la ciudad desde lo alto.

Me preparaba para romper el famoso y costoso bitral cuando una sobra captada por el rabillo de mi ojo me distrajo. Un vago hurgaba la basura de una casa cercana cuando una enorme sonbra descendio de lo alto, lo atrapo y lo llevo hacia el firmamento envuelto en penubras.

El panico recorrio mi piel y penetro mis ojos con alarmante velocidad, la piedra de mi mano cayó y mis pies me sacaron de allí no lo suficientemente rapido como para evitar que el sonido de los gritos del vago llegaran a mis oidos.

Tras una noche de insomnio y alerta total tome valor y regrese a la iglesia. Usando mis binoculos observe la imponente gargola que habia cambiado de posición de la noche a la mañana y con un grito ahogado pude ver un trozo de la ropa del vago que se mesia al viento como una bandera llena de sangre atrapada entre sus garras mientras de su horrenda boca caia la ultima gota de sangre.

Las palabras del detective resonaron en mi cabeza y como la cruel de las epifanias vino a mí: "A veces a las personas se las traga la tierra". No, a veces a las personas se las traga el cielo...

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