Nunca le he tenido miedo la monstruo
debajo de la cama, después de todo, esta debajo; se esconde de algo. Probablemente
del monstruo que se aparece a los pies de mi cama, lo he visto mover una
baldosa del piso y emerger desde los cimientos de la casa, cuando asoma su gran
cabeza peluda y sus dedos sin piel, algo se mueve y hace que las tablas de la
cama se estremezcan; entonces yo me cubro la cabeza con la sabana y el monstruo
de debajo de la cama se acurruca en la pared justo bajo mi cabeza.
Ambos nos quedamos consumidos en
el terror nocturno mientras la criatura con cabeza de cabello y tentáculos en
el pecho sonríe en medio de la oscuridad. Lo veo a contra luz, con sus
colmillos brillando en la noche. Algunas veces tira de mi sabana un poco y
amenaza con destaparme, otras veces patea la cama y el monstruo de abajo se agita
y gime; cuando la mañana esta próxima regresa a su baldosa y el monstruo de
abajo y yo podemos volver a dormir. Hemos intentado aliarnos para sacarlo de
casa, pero es demasiado aterrador y
ambos terminamos acurrucados en la oscuridad susurrándonos que todo estará bien.
He crecido y me he mudado de
cuarto, el monstruo de debajo ha decidido acompañarme; después de todo hemos
pasado por mucho juntos y él tiene miedo de quedarse. Ahora el otro monstruo nos
espía desde una apertura en la puerta, a veces la mueve un poco y amenaza con
entrar, pero nunca lo hace.
Mis padres vendieron la casa, y
el monstruo de debajo se ha venido con nosotros, pegado bajo el auto de las
mudanzas. Ahora el monstruo de los pies de la cama nos observa desde la ventana
y la araña con manos que obviamente pertenecen a un muerto. Nuevamente el monstruo
de abajo y yo quedamos acurrucados en las oscuridad.
Me he mudado, pues me dirijo a la
universidad. Mi amigo de abajo ha venido con migo, y el monstruo también; no se
porque nos persigue. Me digo que somos muy tontos, ya somos grandes y él nunca
nos ha hecho nada; así que una noche cuando levanta la baldosa para salir me
pongo de pie y me preparo para golpearlo con un viejo bate que era de mi padre.
Pero en cuanto me acerco se abalanza sobre mí con su horrenda cara y sus dientes
puntiagudos; eso era lo que estaba esperando él, que me acercara para poder
devorarme.
No puede devorarme, en ese
momento mi amigo de debajo me toma de los pies y me sumerge bajo la cama,
entonces puedo verlo: es peludo, con un cabello puntiagudo y duro, tiene seis garras
en cada mano, una cola cubierta de escamas y ojos rojos que brillan como zafiros. Lo veo llenarse de
valor y salir para enfrentarlo. Los veo luchar y veo como mi amigo lo arroja
por una ventana: Somos libres ahora.
imagen tomada de Linkmesh.com
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