El cuerpo hervia, su calor llenaba la morgue del hospital haciendo que los otros cuerpos se descompusieran en sus mesas. El forense miro su reloj: 3:15 a.m. El cuerpo completaba ya 12 horas en la morgue y no se habia enfriado un solo grado; el termometro seguia marcando 53°.
Lo habian encontrado en una tumba sin cerrar, al principio creyeron que estaba dormido, pero luego se hizo evidente que no despertaria. Con su llegada a la morgue el cuerpo cuestiono inmediatamente 30 años de experiencia: la sangre , espeza como arena, se colaba pesadamente por la nariz, oidos, y encias del cadaver, su pecho se fundia en una sola armazon de hueso sin costillas palpables. Las manos venosas, con cada tendon expuesto, eran notablemente mas frias que el resto del cuerpo.
Habia intentado abrirlo, pero sencillamente el cuerpo habia roto cada bisturi, escalpelo y cierra que habia usado. El cuerpo solo tenia dos heridas: un par de pequeños cortes delgados como un cabello y largos como una mano, en su espalda.
¿Que diria Manuel Ortega, forense de profesion y ateo por conviccion, si alguie le dijera que el cuerpo que yacia hirviendo en su mesa, era en realidad el cadaver de un angel?, y no de cualquier angel. En la morgue del hospital del pueblo, a las 3:15 a.m. Manuel Ortega llanaba el certificado de defuncion de Lucifer.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario