martes, 4 de febrero de 2014

Día 4: Médula.

"Cuando ella reía, él se irritaba; como una furia ciega que nace tras los ojos y los nubla. Cuando ella lloraba a él le dolían las costillas, como un viento que se mete entre la pleura. Cuando ella se enojaba, a él le picaban las manos como si cientos de hormigas con las patas ardiendo corrieran por sus palmas. En cierto momento, ella llego a sospechar que él la amaba, pero él se creía perdido, ya no podía sentir nada sin darse cuenta que era de ella. Y entonces, un día de lluvia en el que ella danzaba bajo las gotas y fue él a quien se le mojo la camisa, que ambos descubrieron que ella le había llegado hasta la médula. "

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