Para este contexto será un reloj de arena.
La vida es, en muchos sentidos, un reloj de arena: da giros inesperados
justo cuando pensamos que todo se ha definido, es incesante y la gravedad de
nuestras vidas es la que determina el ritmo al cual cae la arena. En nuestra
historia hay dos relojes, dos vidas que están a punta de cambiar y la arena caerá
de tal manera, que cada grano ahogara a cada uno de ellos sin que pueda
evitarlo.
Nuestro primer personaje es Armando, un miserable ladrón de Ganado, tan
miserable que es el hombre más rico del pueblo. Un bebedor empedernido que hace
cerrar las tabernas durante dos y tres días para consumir con sus hordas de seguidores
todo el producto del local, con casas majestuosas y autos lujosos; Armando es
el hombre héroe de pueblo: Un maldito parasito que hace daños en otro lugar y
despilfarra sus ganancias en la taberna local, nadie lo critica, pues, uno no
sabe, tal vez Armando en medio de su ebriedad, regale como es costumbre uno o
dos millones a un ciudadano al azar.
En uno de sus viajes a la gran ciudad, consumido en su estado mas alto
de ebriedad, Armando no puede darse cuenta que el ultimo grano de su reloj de
arena ha caído y este se dispone a girar, haciendo que la vida de Armando, literalmente
colisione con la vida de Raúl, nuestro segundo personaje: un joven provechoso
al cual se le termino la arena en el reloj. Lo curioso de la vida es que
siempre encuentra la manera de jodernos, atacando desde esquinas inesperadas.
No es el hecho que Armando haya matado a Raúl con su auto ultimo modelo,
es el hecho que la muerte de Raúl haya permitido la aparición de un tercer e
inesperado personaje, un monstruo tan malévolo
que no necesita mas nombre que: El Hermano De Raúl, un policía.
Este hombre, como la mirada fría como glaciares sólo necesita pronunciar
algunas palabras para hacerle entender a Armando que su pequeño universo de
goce acaba de caer bajo su propio peso: “A mi hermano no me lo va a pagar ningún
seguro, a mi hermano me lo va a pagar usted”
Es cuestión de meses, este monstruo salido de las sombras que envuelven las
pesadillas de Armando consume su mal habida fortuna, pidiendo diez millones
semanales, una semana por cada año de vida de Raúl quien vivió 27 años. Para la
semana 15 Armando había perdido su trabajo, su casa, sus autos y sus seguidores.
Cuando las peticiones se hicieron insostenibles Armando trató de huir, pero el monstruo
pudo perseguirlo hasta los pueblos mas alejados, esta vez y en castigo por su
cobardía, exigía el doble de dinero semanalmente.
Lo ultimo que se supo de Armando, bueno lo ultimo que se supo es que no
se supo nada más, era como si Armando se lo hubiera tragado la tierra, ahogado
entre las propias arenas de su reloj; o como lo dice cierto policía que perdió
a su hermano en un accidente de trafico, era como si se lo hubieran tragado las
aguas de cierto rio que suele tragarse a los cadáveres…
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