martes, 25 de marzo de 2014

Día 53: Domador.

La gente reía con los payasos y sus divertidas ocurrencias, guardan silencio ante el hombre que escupía fuego y los malabaristas, se maravillaban con el mago que sacaba y sacaba objetos de su manga, la contorsionista y sus flexible cuerpo de caucho que hacia mal pensar a los caballeros del publico. Pero los aplausos se los llevaba el domador de animales que hacía saltar a los leones a través de aros de fuego, que los tigres hicieran pirámides unos sobre otros y que un uso se balanceará sobre una pelota. Cuando la función terminaba y el domador hacía la reverencia ante el publico, la manada de animales le salto encima y lo devoraron ante la atónita mirada del publico que no tardó en salir en medio de un ataque de pánico. Lo que causó el repentino ataque de los animales, según declararon varios domadores consultados, fue la reverencia del hombre hacia el publico: sus animales entendieron que sí él se inclinaba ante alguien, ellos no debían inclinarse ante él.

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