Con el paso de los años, nos llenamos de cosas que pesan, que aplastan el existir y cuyo peso finalmente nos hace colapsar hacia el final de nuestras vidas.
Pero hoy les hablo de otra carga, una tan insospechada como devastadora: Ser feliz. Aunque suene raro, la obligación de ser feliz ha aplastado muchas cosas que pudieron hacerme feliz de manera genuina; esta felicidad me ha quitado la posibilidad de experimentar otras sensaciones, ha ahogado momentos necesarios de mi vida.
Lejos de ser feliz, la carga de "permanecer feliz" me ha llenado de emociones desconocidas, de frustraciones pequeñas y de felicidad vacía. Irónicamente, en estos momentos me haría feliz, si no tuviera que ser feli
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