miércoles, 18 de junio de 2014

Día 138: Dibujo

La agitada calle parisina palpitaba como una pequeña arteria a punto de estallas, las personas se empujaban mientras permanecían inmersas en sus vidas privadas. El joven y delgado pintor, mezcla de inanición de mala suerte, era el único público de esa mascarada que corría con regularidad hora tras hora en la agitada ciudad luz.

Ofrecía sus pinturas a los extraños pasajeros de un segundo, quienes ni siquiera se dignaban a observar su meticuloso trabajo. El artista sabía que no podría continuar así: todos sus sueños se desvanecían con el sonar de los pasos en la calle empedrada, el cielo encapotado y una llovizna ligera eras las ultimas cosas que el artista pudo dibujar, antes de caer de cabeza en su dibujo.


Al llegar la noche, unos vagabundos encontraron junto a la basura, el equipaje del pintor y entre ellos, el retrato de un joven exitoso y sonriente que dibujaba en una habitación de Paris

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