sábado, 7 de junio de 2014

Día 126: Lastima.

El anciano ciego daba tumbos calle abajo, chocando con personas mientras se disculpaba y usaba sus manos arrugados y sus dedos inmovilizados, presas de la artritis, para guiarse por el contorno de las paredes.


Pasaba frente a la mirada de cientos de personas inmutables, acostumbrados a la miseria diaria que reboza las calles por las que transitan a diario. Sólo unos ojos miraban con curiosidad y lastima al anciano: Un joven tuerto que pedía limosna en una esquina.

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