martes, 10 de junio de 2014

Día 130: Fin.

La habitación estaba llena de papeles desordenados, regados por el piso como migas de pan en medio del bosque. El charco de sangre se extendía sobre la cama, en la alfombra llena de moho y se difuminaba hasta el baño sucio y pegajoso.

El cuerpo aun reposaba sobre la cama, desnudo, en una pose erótica, como si la sangre seca fuesen un vestido de gala que cubría los pechos de una pálida mujer durmiente. "Es increíble que a un cuerpo humano le entre tanta sangre" pensó el detective.

Muchas de las hojas estaban ilegibles tras la capa roja que las cubría, otras poseían fragmentos ilegibles y las mas intactas contenían lineas de una historia de amor: dos amantes que se encontraban en un motel, a la orilla de la carretera, pero la historia se perdía entre la sangre de la dama.


Cuando los detectives entraron al baño, sobre un montón de ropa ensangrentada y junto al cadáver de un hombre en la bañera; estaba la única hoja limpia, con una sola palabra escrita en marcada tinta negra: Fin.

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