Del alemán, traduce: Un rostro que pide a gritos un golpe.
Las personas cerraban sus puertas al medio día: era la hora en la que los niños salían de la escuela, pero ellos temían a Pedro, el revoltoso que tiraba piedras contra la vidrios, pateaba perros y empujaba ancianas a la calle, con una sonrisa amplia y unos ojos brillantes; el pequeño causaba estragos camino a su casa.
Nadie conocia a sus padres, y Pedro lo arreglaba todo con una señal obscena del dedo y sacando su lenguecilla al viento mientras arrugaba su rostro. En una mañana de viernes, cuando se habian escondidos las mascotas y los autos habían sido resguardados en los garajes, el joven Pedro salio a buscar travesuras, tras ponchar las llantas de dos motocicletas mal estacionadas y apedrar un perro cuando al doblar en una esquina un turista alemán grito una palabra incompresible y le rompio la nariz dejandole tiradole al piso.
Cuando todos salieron a ver lo sucedido el turista levanto la cabeza avergonzado y dijo: "Su rostro me pedia que lo hiciera!
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