martes, 20 de mayo de 2014

Día 109: Icor

En la mitología griega, el icor era un mineral presente en la sangre del dioses, que los hacia inmortales, y era venenoso para los humanos.

El edificio llevaba abandonado un par de decadas, las ventanas rotas unidas por telarañas y los ladrillos carcomidos por los adictos le daban un aspecto lugubre a la vieja fabrica; escondida tras otros edificios plagados de ratas tan grandes como gatos y de arañas que nunca habían visto la luz del sol.

Tsai esperaba en silencio, suspendido en el tiempo como una roca en medio del oceano, con la mirada ausente y la respiración superficial. Havin atravesó la puerta de manera repentina, su cuerpo enmarcado por una camiseta negra, unos jeans gastados y unas botas de militar se movía con gracia, sin despegar el polvo del piso.

Un tatuaje en blanco y negro, similar a una mandala se asomaba bajo su camisa y entre sus pantalones, "Espero que tengas un buen motivo para llamarnos" Su voz no habia cambiado en milenios. Tsai desvió la mirada hacia su rostro y sus ojos centellearon un segundo "De todas maneras ha sido un milenio aburrido" torció un cara en un gesto casi monótono "Extraño las fiestas" susurro para sí.

Rondom y Levassi entraron tomados de la mano, era la tipica pareja de enamorados: ella menuda, una morena con sus ojos verdes esmeraldas centelleando al infinito, él enorme y fornido como una montaña, con los cabellos negros y crespos; juntos eran un segundo de felicidad condensada. "Hace mucho que no estamos los 5" dijo Rondom, terminando de reirse de algun chiste privado que no quería compartir con los otros, excepto por Levassi, que hizo un gesto de entender lo que pasaba. Havin puso los ojos en blanco: sólo verlos era empalagoso, por eso se había alejado en primer lugar, necesitaba privacidad.

"No creo que Zilion venga" Tsai tampoco podia soportar esto, pero era mas por envidia, una rafaga de nostalgia lo desgarro por dentro en cuanto los vio entrar juntos.

"¿Que quieres decir?" los ojos verdes, como jugo de esmeralda se congelaron un momento en los ojos de Levassi, "¿Le pasó algo?" Tsai se apretó el puente de la nariz y tomo aire antes de seguir, eran tan dolorosos "Ese tonto compartió su icor con una mortal" .Un segundo de silencio se extendió por toda la habitación, al punto que la creación entera sostuvo la respiración. Havin fue la primera en romper la tensión rompiendo una de las viejas ventanas con una roca "¡Que se vaya a la mierda! ¿A quien pensaba matar? Solo puede haber cinco de nosotros"

"Bueno, la respuesta es obvia" dijo Rondom, abrazando por la espalda a Levassi, como si pudiera disolverse en cualquier momento "Si sólo puede haber 5 y Zilion compartio de icor, debemos matarlo primero". Nadie se opuso, Levassi, seguia enfuruñada en su berrinche, Tsai desvio su mirada a la nada nuevamente con el pecho desbordante de nostalgia, lanzo un suspiro al infinito y finalmente pronuncio "Vamos a buscarlo, despues de todo, Zilion hizo algo que ningun dios debe hacer: se ha enamorado de la creación" Todos siguieron en silencio viviendo su propia realidad, en su nostalgia, su berrinche, su cuento de amor; todo antes de desvanecerse en el pequeño almacén

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