El
lugar aún estaba oscuro y frio, tenía los ojos nublados, además se sentía muy
aletargado. Pero no se asustó por eso, ya le habían dicho en el hospital que se
iba a sentir así después de la operación; pero a medida que pasaban los minutos
el lugar no se aclaraba y nadie venia a buscarle para informarle como había salido
todo.
Una
pequeña oleada de miedo empezó a subirle por el vientre a medida que los
minutos se hacían horas. Finalmente decidió no esperar mas y salir a buscar
ayuda; pero las piernas no le respondían, intentó gritar pero sus labios
permanecieron sellados, cuando el pánico se hubo apoderado de su cuerpo inmóvil
una voz que parecía venir de otra habitación se hizo presente: “Hubo muchas
complicaciones durante la cirugía, y no hay muchas esperanzas que despierte,
deberían considerar donar sus órganos”
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