La película había resultado un fastidio total, tal y como las
criticas habían dicho, pero las películas eran sólo la mitad de la diversión en
el cine. Estaba la rica y cara comida, el placer de molestar a parejas
enamoradas que buscaban la intimidad de la oscuridad; y como no, la emoción previa
al gesto de sorpresa que suelen dibujar las personas en su rostro.
Una pareja de amigos, sentados justo delante parecían haberse
cansado también de la aburrida trama y la sosa interpretación de los papeles.
Los jóvenes lanzaban papeles y palomitas a las personas sentadas en las filas
del enfrente, pateaban asientos y reían fuerte de lo que parecían ser chiste
privados.
Una sonrisa se dibujo en su rostro, imperceptible en medio de
la sala oscura, los chicos reían y se empujaban en los asientos. Ahora el
momento perfecto para ver la sorpresa dibujada en el rostro de los jóvenes;
lentamente empezó a inclinarse hacia el frente, mientras acaricia el contenido
de su bolsillo. Hizo una larga inspiración y abrió muchos los ojos: no quería
perderse ningún detalle.
Un acomodador, alertado por el ruido de la sala apuntó su
linterna hacia la pareja de muchachos que callaron de inmediato, un hombre de gorra
que se hallaba inclinado, tal vez un amigo de estos, se enderezó en su lugar.
Uno de los muchachos hizo un gesto indicando que se calmarían, mientras los
otros dos enfocaban su vista en la pantalla.
La película continuaba mas allá de las dos horas, y con el
acomodador observándolos desde las escaleras cada tanto la diversión había terminado,
durante un segundo quiso decirle a Efraín que sería mejor irse, la película estaba
aburrida, pero él seguía con la vista fija en la pantalla, a lo mejor y si lo
estaba disfrutando. Pronto empezó a cerrar los ojos y se quedó dormido, pero justo
antes de eso, le pareció ver por el rabillo del ojo como el tipo de atrás hacia
un gesto de molestia.
Después que la película acabo, se quedó unos minutos mientras
una larga línea de créditos llenaba la pantalla, el chico de la izquierda se había
dormido, emitía un sonido de tranquilidad cada vez que el aire salía por su nariz.
Las otras personas empezaron a salir de la sala mientras hacían horribles
comentarios sobre el filme, aunque quería quedarse, pero sabía que era
peligroso, así que se levanto con ruidosamente, pero el chico no despertó. La
sonrisa se borró de su rostro, esto había sido una perdida de tiempo.
Se marchó por la salida de emergencia, como lo había planeado
desde el comienzo, mientras recorría el callejón recordó la sangre tibia y viscosa
que salía de la herida, en cualquier momento el otro chico miraría y la
sorpresa se dibujaría en su rostro. Pero el acomodador los distrajo con su linterna
–una expresión melancolía se apoderó de su cara – y luego el chico no volvió la
vista. Era una gran decepción.
El acomodador fue a despertar a los chicos que habían pasado
gran parte de la película molestando o durmiendo, primero despertó al que parecía
dormir en la posición mas incomoda, este se despertó con un sobresalto. Al
mover a su compañero, la cabeza fría y pálida cayó sobre el vientre. No parecía
haber sangre en la ropa del joven y el cuello terminaba en una especie de
quemadura.
Después de la cara de terror del joven y el acomodador,
muchos rostros llenos de asombro y sorpresa se preguntaban quien pudo hacer
algo así.
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