domingo, 14 de septiembre de 2014

Día 224: Sorpresa.


La película había resultado un fastidio total, tal y como las criticas habían dicho, pero las películas eran sólo la mitad de la diversión en el cine. Estaba la rica y cara comida, el placer de molestar a parejas enamoradas que buscaban la intimidad de la oscuridad; y como no, la emoción previa al gesto de sorpresa que suelen dibujar las personas en su rostro.
Una pareja de amigos, sentados justo delante parecían haberse cansado también de la aburrida trama y la sosa interpretación de los papeles. Los jóvenes lanzaban papeles y palomitas a las personas sentadas en las filas del enfrente, pateaban asientos y reían fuerte de lo que parecían ser chiste privados.
Una sonrisa se dibujo en su rostro, imperceptible en medio de la sala oscura, los chicos reían y se empujaban en los asientos. Ahora el momento perfecto para ver la sorpresa dibujada en el rostro de los jóvenes; lentamente empezó a inclinarse hacia el frente, mientras acaricia el contenido de su bolsillo. Hizo una larga inspiración y abrió muchos los ojos: no quería perderse ningún detalle.
Un acomodador, alertado por el ruido de la sala apuntó su linterna hacia la pareja de muchachos que callaron de inmediato, un hombre de gorra que se hallaba inclinado, tal vez un amigo de estos, se enderezó en su lugar. Uno de los muchachos hizo un gesto indicando que se calmarían, mientras los otros dos enfocaban su vista en la pantalla.
La película continuaba mas allá de las dos horas, y con el acomodador observándolos desde las escaleras cada tanto la diversión había terminado, durante un segundo quiso decirle a Efraín que sería mejor irse, la película estaba aburrida, pero él seguía con la vista fija en la pantalla, a lo mejor y si lo estaba disfrutando. Pronto empezó a cerrar los ojos y se quedó dormido, pero justo antes de eso, le pareció ver por el rabillo del ojo como el tipo de atrás hacia un gesto de molestia.
Después que la película acabo, se quedó unos minutos mientras una larga línea de créditos llenaba la pantalla, el chico de la izquierda se había dormido, emitía un sonido de tranquilidad cada vez que el aire salía por su nariz. Las otras personas empezaron a salir de la sala mientras hacían horribles comentarios sobre el filme, aunque quería quedarse, pero sabía que era peligroso, así que se levanto con ruidosamente, pero el chico no despertó. La sonrisa se borró de su rostro, esto había sido una perdida de tiempo.
Se marchó por la salida de emergencia, como lo había planeado desde el comienzo, mientras recorría el callejón recordó la sangre tibia y viscosa que salía de la herida, en cualquier momento el otro chico miraría y la sorpresa se dibujaría en su rostro. Pero el acomodador los distrajo con su linterna –una expresión melancolía se apoderó de su cara – y luego el chico no volvió la vista. Era una gran decepción.
El acomodador fue a despertar a los chicos que habían pasado gran parte de la película molestando o durmiendo, primero despertó al que parecía dormir en la posición mas incomoda, este se despertó con un sobresalto. Al mover a su compañero, la cabeza fría y pálida cayó sobre el vientre. No parecía haber sangre en la ropa del joven y el cuello terminaba en una especie de quemadura.

Después de la cara de terror del joven y el acomodador, muchos rostros llenos de asombro y sorpresa se preguntaban quien pudo hacer algo así. 

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