Sin duda, uno de los pedidos mas extraños que me han hecho...
Ir a una finca de paseo había sido idea de su tío, años de
trabajo en el exterior le habían hecho
desarrollar una extraña manía por mantener a la familia junta. El problema era
que había pasado tanto tiempo desde la última vez que estuvieron todos juntos;
que eran básicamente un montón de extraños en la misma residencia. Desde el
comienzo había habido problemas para distribuir las camas, las tareas como
cocinar y limpiar un poco; y las actividades en familia como jugar en la
piscina, bajar al pueblo a conocer, jugar parqués o retozar en una hamaca.
La noche no había ayudado, mientras algunos miembros de la
familia se habían acostado temprano, otro habían empezado a beber y ahora
estaban en el pueblo continuando con la juerga. Luis se había quedado en el sofá
de la sala viendo un programa de televisión que encontraba aburrido, pero era
mejor que dormir o estar rodeado de ebrios que amenazaban constantemente en iniciar
una pelea.
Debió quedarse dormido, pues se levantó en la madrugada, con
dolor de cuello y ganas de ir al baño, la casa estaba oscura y alguien roncaba
potentemente desde la habitación mas cercana. En la finca habían dos baños, uno
en la habitación donde dormían las mujeres y otro en el corredor. Luis puso su
mano en la pared y se guío en medio de la noche hasta la puerta; la abrió e
introdujo su mano en busca del interruptor. La luz apareció lentamente mientras
el bombillo zumbaba como un animal herido, cuando Luis iba a entrar vio a uno
de sus primos ebrio, recostado en la tasa con lo que parecía ser una mancha
enorme de vomito en el piso.
Luis salió al jardín, no había luna, así que era un gran masa
oscura y fría que parecía extenderse como un gran abismo del mar profundo,
sopesó la idea de ir a buscar un árbol, pero era muy tarde y tenia demasiado
sueño para hacer eso. Junto a la puerta había una mica que alguien había adecuado
como maseta, así que le dio vuelta y dejo caer la planta con la tierra húmeda a
un lado. La acercó a su cuerpo y mientras se aflojaba los pantalones tuvo la sensación
que lo estaban observado.
Miro a su alrededor, pero la negrura era impenetrable, cuando
terminó, bajo la mica y la dejo en su lugar, esperando que al encontrarla a la
mañana siguiente creyeran que la broma de alguno de los ebrios. A la mañana
siguiente, se despertó cuando un alboroto tuvo lugar afuera de la ventana, un
animal parecía haber destrozado mas masetas antes de correr al monte; antes que
todos salieran Luis se aventuró y se paró en el mismo lugar que la noche
anterior, desde ese punto se hizo obvio que quien sea que lo haya estado
mirando, seguía la senda de destrucción causada por el animal, uno grande aparentemente.
Luis jamas pensó que una bacinica salvaría su vida.
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