martes, 30 de septiembre de 2014

Día 240: Futbol


La ola se movía a lo largo y ancho del estadio: las personas parecían gotas exaltadas y gritonas. Un solo palpitar se extendía por las graderías mientras los saltos rítmicos producían una zozobra tanto en la estructura como en las entrañas de los participantes.
Los cantos eran recitados por voces agudas y gruesas, extranjeras y locales, jóvenes y viejas. Por hombres, mujeres, niños, hinchas, acompañantes; susurradas por jugadores que esperaban en el camerino y por entrenadores que fumaban compulsivamente en las oficinas antes de salir al campo.

Un silencio cósmico abriga el estadio que mira impaciente la aparición de los ídolos, que al tocar la luz con sus cuerpos, hacen que produzca un estallido de júbilo. 

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