Describe la forma milagrosa en la que uno puede salir airoso de situaciones difíciles, e incluso de cambiar su propia vida.
Las paredes blancas se extendían hasta el horizonte, convirtiendo al extraño pasillo en un túnel puro y celestial rodeado de gritos e incoherencias que salían a borbotones de las puertas blindadas y reforzadas. Hombres y mujeres de todas las razas y edades asomaba sus rostros demacrados y ojerosos por pequeñas ventanas que daban a ningún lugar conocido sobre la faz de la tierra.
Sólo uno de ellos permanecía quieto, sentado en un rincón, con la calma propia que da la inocencia ante tanta maldad, con aura de tranquilidad y pureza. El joven de cabello corto y pulcro, con las uñas a medio comer y con el ojo izquierdo desviado dos milímetros lejos de la línea central de su cuerpo.
Los soldados que vigilaban el pabellón de pruebas médicas se asomaban a través de vidrios falsos y observaban con morbosidad las mentes destruidas y el pánico que afloraba en seres que en algún momento de su vida, debieron haber sido humanos. Pero el joven calmado e inocente era quien se llevaba toda la atención de la embajada que había venido desde la gran capital de norte.
-Ese joven de allá –Señaló el experimentado capitán -¿Porqué no esta en pánico como los otros?
-Él está experimentando una terapia diferente –Dijo un medico de gruesos anteojos que anotaba desesperada e iracundamente en una hoja de papel, con una caligrafía que sólo él podía entender.
-Él está experimentando una terapia diferente –Dijo un medico de gruesos anteojos que anotaba desesperada e iracundamente en una hoja de papel, con una caligrafía que sólo él podía entender.
Una mujer vestida de blanco, que ocultaba un arma en su vestido, atravesó la sala y le tendió al muchacho una pastilla purpura llena de imperfecciones
- Supercalifragilisticoespialidoso –Susurro el muchacho para sí.
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