jueves, 24 de julio de 2014

Día 174: Tocar.


Se despertó repentinamente, la sensación había sido clara y definida: Lo habían tocado en la pantorrilla. Se sintió como un dedo huesudo acariciándole la cara interna de la pantorrilla. Se sacudió en la cama tratando de patear el pánico lejos de sí. La idea de ser observado continuaba, pero en la habitación no había nada mas que el brillo del reloj digital y las sombras arrugadas de un montón de ropa apilado sobre una silla.

Trató de dormir de nuevo, pero cuando estaba cerrando sus ojos, tiraron de su almohada, casi sacándola de la cama. Ahora se sentó rígido, era obvio que alguien intentaba asustarlo. Trato de encender la luz con el interruptor que había junto a la cama, así que deslizo su mano por la pared. Pero justo antes de tocarlo, una mano huesuda le acaricio el brazo.

Así pasó la noche, cada vez que intentaba bajar de la cama, una mano le sujetaba el pie. Le acariciaba el rostro, tiraba de la sabana o le movía el cabello. Finalmente, cuando el amanecer se acercaba, con la luz leve del sol naciente, pudo ver una mujer delgada y alargada que se escabullía desde debajo de la cama hacia fuera de la habitación. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario