miércoles, 23 de julio de 2014

Día 173: Pasión.


Lady Kristen era una mujer que sin duda atraía las miradas de los caballeros que frecuentaban sus opulentas fiestas y banquetes. No por que poseyera una extraordinaria belleza ni por algún dote de gracia que trascendía el plano concreto de su existir. Lady Kristen era una mujer atrapada entre la pasión y el colapso, su rostro, lejos de la fresca juventud y apartado del gesto de la sabiduría propia que dan los años tenía una expresión llamativa muy diferente a la belleza y para nada similar a la admiración. Sus ojos, ni cafés ni negros, parecían congelados en un punto intermedio de una gran pasión que nunca fue, como alguien a punto de ver el cielo, al borde del orgasmo, con un chispor de vida.

Este estado, semicatatonico semiconvulsivo la hacían todo un espécimen para los hombres que frecuentaban su compañía. Las conversaciones que estos entablaban con ella frecuentemente tenían como objetivo determinar que suceso había dejado a Lady Kristen en este estado; pero todos eran infructuosos ya que la juventud y la infancia de Lady Kristen había sido poco menos que interesantes o particulares. Ella era la persona promedio materializada.

El mistrio de Lady Kristen se prolongo durante todo su existir, levantando rumores sobre experiencias cercanas a la muerte, el hechizo de algún amante ignorado, una maldición familiar y diversas y curiosas enfermedades nuevas –en una ocasión un doctor venido del extranjero se ofreció a diagnosticar y tratar esta nueva afección. Pero tras un exhaustivo examen físico y varia otras pruebas, el medico no pudo mas que determinar de Lady Kristen era perfectamente saludable –Sea como fuese, el perpetuo gesto de la dama causaba intriga en hombres, mujeres, criadas y lores que extendían por todo lo ancho y largo del país.

El día de su muerte, fue un día cualquiera, sin más presagio que un par de huevos duros que reventaron en la estufa. Su velorio fue a cámara ardiente, sus conocidos y allegados esperaron que durante esta última y final observación los secretos de Lady Kristen fueran al fin revelados. Lejos de desvanecer el misterio, este se acrecentó; pues en su ultima lecho. Cuando era incapaz de pronunciar palabra y comunicarse con el mundo mortal, fue la única vez que se vieron sus ojos centellear, su piel rejuvenecer y su baca dibujando una sonrisa.

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