Como el
pintor cuyas manos se han trabado
En la
posición de agarre del pincel,
Como el
poeta al cual se le colapsan los pulmones
De gritar sus historias al viento.
Así como el
escultor tiene las manos resecas y andrajosas
De acariciar su estatua
Y como el
tenor que se ha quedado sin voz
Tras un
ataque de tos sanguinolenta.
Tal y como
el escritor que ha consumido sus sueños
Y sus años
en hojas de papel quebradizas,
Como el
músico que ha perdido el oído tras décadas de
Serenatas a
una habitación vacía.
Así estoy
yo, agotado ante la idea de la práctica
Del tiempo
invertido y las cicatrices en la conciencia
Estoy
agotado de intentar cosas tan hermosas,
Para que tú
te tomes la molestia
de
ignorarlas.
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