domingo, 9 de noviembre de 2014

Día 277: arrastrado.




"Los monstruos no existen" se repetía Miguel en su cuarto a oscuras, sus padres lo habían castigado sacando su lámpara del cuarto por dejarla encendida toda la noche. Ya tenia 10 años y consideraban infantil y tonto que aun le tuviera miedo al monstruo bajo la cama. "Es sólo tu imaginación" decía su madre.
Un ruido viscoso empujo sus zapatos y una reputación pesada emergió debajo suyo. Miguel se cubrió la cabeza con su manta mientras repetía "Los monstruos no existen" como si esto pudiera protegerlo. Pronto la curiosidad pudo mas y asomó su cabeza por un pequeño orifico para ver a la criatura: un gusano de casi un metro de largo y era casi el doble de grueso que se arrastraba dejando tras de si un rastro viscoso mientras se dirigía a la habitación de sus padres

No hay comentarios:

Publicar un comentario