domingo, 23 de noviembre de 2014

Día 293: Visitante.




Era un apartamento pequeño, “una caja de fósforos” había pensado Danny, pero después de múltiples cotizaciones, ese era el único apartamento que se adaptaba a su presupuesto. Con resignación firmo el contrato de arrendamiento de un año, con el firme propósito de no pasar un solo segundo extra en aquel reducido lugar.
Desde afuera se veía aun más pequeño: una diminuta sala donde sólo cabían una silla y la tv. Con una minúscula cocina que sólo podía contener una vajilla de dos puestos. Una habitación donde la cama ocupaba 95% del espacio y un baño en el que no podía estirar las piernas. La tarde se extendía desde el rio hasta el lateral del camión de mudanzas. Danny miraba pensativo como iba a acomodar sus cosas el interior del apartamento. Por el rabillo del ojo le pareció ver a alguien la ventana de su nuevo hogar, pero desapareció en un parpadeo; levantó los hombros con indiferencia, fue una simple ilusión creada por las sombras atrapadas en el pequeño lugar. Al interior, dos figuras de humo blanco observaban curiosas como el camión era vaciado.
-¿Quién es ese? –Preguntó la figura baja, con apariencia de niña.
-Es sólo un visitante, no estará mucho tiempo en casa –Dijo la figura similar a un hombre tuerto –Me asegurare de eso personalmente.

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