sábado, 29 de noviembre de 2014

Día 298: Prohibida.




Hacía mucho que la naturaleza humana había tomado un camino que nadie pudo predecir: muchas de las emociones clásicas, como tristeza y alegría se habían extinguido. Arrancados para siempre del espíritu humano por burocracia y la política como precio de la paz.
Las emociones, volubles e impredecibles hacían de las comunidades conflictivas e infelices. Con un estado de ánimo unánime y universal, la paz y el bienestar se habían garantizado a lo largo y ancho del planeta. Pronto, cualquier emoción volátil y espontanea quedó prohibida del reportorio de expresiones naturales.
En un mundo plano sólo existe una salida que evita la explosión de la comunidad utópica formada: una vez al año, las personas se reunían a plantar semillas que daban lugar a formidables bosques, cuyos arboles adoptaban expresiones en sus cortezas similares a llantos secos y carcajadas silenciosas.  

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