miércoles, 24 de diciembre de 2014

Día 323: Mensaje.


La cena estaba puesta: una soda tibia y un tazón de palomitas a medio reventar. Las luces del árbol de navidad que descansaba sobre el escritorio funcionaban a medía marcha, de hecho sólo encendían los bombillos verdes ocultos entre el escaso follaje del pequeño adorno.  Había un pequeño pesebre de cristal que le habían regalado en el trabajo, pero aún no lo había sacado de la caja. En televisión se proyectaba una película de comedia de hace 20 años “la mayoría de actores deben estar muertos” pensó con nostalgia.
 Se sentó en el desvencijado sofá verde y se dispuso a pasar la noche buena en soledad. Ahora mismo Martha debía estar con su nuevo novio, besándose en algún lugar del centro lleno de luces; un nudo se le hizo en la boca del estómago, ya no quería comer palomitas.
En medio de la oscuridad, su teléfono vibro al mismo tiempo que un leve zumbido inundaba el pequeño cuarto del universitario. Emmanuel observó indiferente el celular, pero a medida que avanzaban las letras una sonrisa se fue dibujando en su rostro melancólico: “Feliz Navidad, con cariño Martha” 

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